jueves, 19 de febrero de 2015

Valderrama llena de matices la gastronomía madrileña más gourmet


Vanesa López, editora
Tras una cosecha tardía, los nuevos aceites Valderrama ya están en el mercado listos para degustar por cualquier amante de la gastronomía más gourmet. Pese a que cada uno posee su hueco en el amplio universo culinario, todos brindan unas cualidades organolépticas excepcionales. 



Hojiblanca
Arbequina



Ha sido una cosecha tardía, pero con unos excelentes resultados. No nos cabe duda y así lo pudimos comprobar el pasado martes en el acto de presentación de los monovarietales convencionales y ecológicos de Arbequina, Hojiblanca y Ocal, uno de Picudo (pendiente aún de la certificación ecológica); del ahumado en frío de Arbequina y del coupage convencional de edición limitada Gran Cru, entre otros, que Valderrama elabora siguiendo unos estrictos estándares de calidad con los frutos cosechados en sus olivares de Montilla (Córdoba) y La Pueblanueva (Toledo).

Cada año por estas fechas, la firma inunda de matices, sabores y olores la capital con los aceites obtenidos de su última cosecha. Esta vez, estos selectos zumos sirvieron de base para una excelente gastronomía diseñada por el restaurante Bosco de Lobos. El local preparó una legión de platos en los que cada una de las referencias demostró su versatilidad culinaria, reforzando así la realidad de que “existe un aceite para cada uso”.

Ocal
Gran Cru

“Un aceite para cada uso”
El festín comenzó con un mix de aceitunas Gordal, Nocellara y Manzanilla de Campo Real con aceite de oliva virgen extra Hojiblanca -muy suave, con sabor vegetal herbáceo y a fruta verde-, para dar paso a la focaccia de romero al aceite de oliva virgen extra Arbequina, un zumo frutado muy denso, suave, ligero de pique y fluido en la garganta.

Después vinieron el costrini de burrata con crema de berenjena al aceite de oliva virgen extra ahumado, de la variedad Arbequina; las alcachofas regadas con las notas de hierba fresca y sabor a oliva muy sutil del Ocal; las croquetas de scamorza y setas aromatizadas con aove con trufa negra en maceración natural; y las alcachofas fritas en virgen extra especial fritura que comercializa la compañía madrileña.

Por si alguno se había quedado con hambre –¡imposible!-, pudimos degustar pulpo asado con curri rojo, con el que percibimos la suavidad y el ligero picor del aove Picudo; y un risotto de setas con el aromático Grand Cru 2015.

El postre, una dulce panna cotta con tuber melanosporum y aceite de oliva virgen extra con trufa negra en maceración natural, clausuró un encuentro que puso a prueba nuestros cinco sentidos gracias a unos productos que, además de saludables, reflejan la experiencia y sabiduría que posee esta gran empresa familiar con sede en Madrid.


Mas información en www.valderrama.es

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